Yo soy Cáritas. Ecaterina: “Cada acción marca la diferencia”
Ecaterina ha realizado sus prácticas en Cáritas, aportando sus conocimientos y creciendo personal y profesionalmente. Su historia está marcada por el esfuerzo, la resiliencia y el compromiso con su familia y su comunidad. Hoy se une a la campaña por el Trabajo Decente.
En Cáritas, cada historia es un testimonio de esperanza, esfuerzo y superación. Hoy queremos compartir la experiencia de Ecaterina Prisacaru, una mujer valiente y comprometida que ha realizado prácticas con nosotros tras completar la formación en “Paquete Ofimática y Grabación de Datos”.
Ecaterina llegó desde Moldavia a Santander hace ya 20 años con su marido, buscando un futuro mejor. Aunque él tenía formación universitaria en Derecho, las barreras para ejercer su profesión en España fueron muchas. En sus primeros pasos en nuestro país, la Cáritas parroquial de su barrio fue un apoyo esencial: “Los inicios nunca son fáciles, pero las voluntarias de Cáritas nos acogieron y fueron como una familia para nosotros”.
A lo largo de los años, Ecaterina ha trabajado duro, principalmente en el servicio doméstico y en fábricas. Muchos de esos trabajos eran precarios y con condiciones injustas. A pesar de las dificultades, siempre tuvo claro que quería construir una vida digna para su familia. Hoy, su hijo mayor estudia en la universidad y sus dos hijos pequeños están en el colegio. Para ella, la educación de sus hijos es una prioridad: “Quiero que puedan acceder a trabajos donde se respeten sus derechos”.
Una experiencia enriquecedora con Cáritas
Comprometida con su propio crecimiento, decidió seguir formándose y no dudó en hacer sus prácticas con Cáritas: “Quería hacer prácticas aquí porque me identifico con la labor de Cáritas. Durante este tiempo he utilizado herramientas como Word, Excel o PowerPoint para colaborar en la elaboración de documentos administrativos y bases de datos. He podido aplicar lo aprendido y sentirme útil, mientras sigo creciendo como persona y profesional”.
Ecaterina destaca el valor del trabajo en equipo y la experiencia de haber estado en un entorno que realmente se compromete con quienes más lo necesitan: “Lo más significativo para mí ha sido comprender más profundamente las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad. Ver de cerca el impacto positivo que tiene el apoyo que brinda Cáritas Diocesana me ha motivado aún más a seguir contribuyendo”.
Cuando le preguntamos si recomendaría a otras personas realizar prácticas con nosotros, su respuesta fue rotunda: “Sí, lo recomendaría sin dudar. Es una experiencia valiosa, tanto a nivel laboral como personal. El ambiente es muy colaborativo y realmente sientes que estás aportando a la comunidad”.
Ecaterina tiene claro que quiere seguir trabajando en el ámbito social y contribuir al bienestar de los demás. Para ella, esta etapa ha sido mucho más que unas prácticas: ha sido una oportunidad para ganar confianza, empatía y habilidades que llevará consigo allá donde vaya.
Ecaterina y Nieves trabajando juntas en el área de Desarrollo de Personas.
“Estoy muy agradecida. En Cáritas, cada acción marca la diferencia en la vida de quienes lo necesitan. Invito a todas las personas a unirse a este esfuerzo, a aportar su granito de arena. El cambio es posible si lo hacemos juntos”.
Desde Cáritas, agradecemos profundamente el compromiso de personas como Ecaterina, que no solo se forman y avanzan, sino que también inspiran a otras personas a seguir luchando por un futuro más justo y digno. Es una historia de éxito para ella y para Cáritas.
Hoy, 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo y celebración de San José Obrero, Ecaterina también se une a nuestra campaña por el Trabajo Decente para todas las personas, porque nadie debería renunciar a sus derechos para poder trabajar.
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